Domenikos Theotokopoulos nació en 1541 en la isla Creta. Era un pintor griego y, por lo tanto, la gente le llamaba El Greco. Después de haber vivido en Venecia y Roma, viajó en los 1570 a España. Al principio, vivió en Madrid y después se mudó a Toledo que en ese período era el centro religioso y espiritual en España. Sin dudoduda, El Greco es un exégeta controvertido de temas religiosos y el mundo exterior no le reconocía. Por ejemplo, Felipe el segundo desechó el segundo retablo para el castillo El Escorial. Su avance artístico llegó en 1588 con la obra más importante, El Entierro del conde de Orgaz, que describe un milagro de la inhumación del conde en 1323. Contrastes entre luz y oscuro, sombras profundas, colores fríos y distorsiones en perspectiva y proporciones corporales son rasgos típicos de pinturas de El Greco. El Greco había producido más que 500 obras cuando murió en 1614.